miércoles, 1 de octubre de 2014

OLITE DE BLANCO Y ROJO

Pañuelos rojos, camisas blancas y fajas caminando por la plaza y las calles de Olite. Todos, ancianos, adultos y niños, van vestidos de pamplonicas a pesar de que no es julio. Es 14 de septiembre de 2013.

No, no todos. Algunos niños llevan trajes medievales. Príncipes y princesas de dos a cinco años corretean al lado de sus cuidadores. Luego, un adulto con un traje de jinete de época pasa con su caballo mientras canta una canción. Sin duda alguna, las fiestas patronales de Olite están inundadas de alegría.

Al llegar al castillo, es imposible no mostrar asombro. ¡Parece de película! Solo hace falta el disfraz de Princesa Disney para sentirse en un cuento de hadas, o una buena cámara para comenzar a filmar una versión de alguna historia medieval. Y cómo no va a dar esas sensaciones, si el Palacio Real de Olite fue construido entre los siglos XIII y XIV. De estilo gótico, es una construcción que invita a quedarse. 


Fuente.

Cuatro chicas de visita en el lugar. Una experiencia muy divertida, porque compartimos las ideas de "¿...y si estuviéramos en otra época?" mientras tropezamos con cada escalón que no vemos, o nos asomamos a las balcones creyéndonos dueñas de lo que nos rodea. Luego, al salir del castillo, disfrutamos un poco más de un pueblo muy agradable. El tiempo que hace es bastante bueno y la gente, sentada en las cafeterías, se encuentra muy animada. Nos enteramos de que pronto habrá una actividad especial (¿bailes?, ¿música?, ¿algo sobre un toro?; no nos lo indican con claridad), pero debemos irnos. Así que abandonamos Olite, pero con una sonrisa grande, porque nos hizo sentir princesas  de otra época al menos por un día.





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